Cielo Redondo, una lideresa que brilló con intensidad en la alcaldía, dejó una huella imborrable en la historia de su comunidad. Su mandato no fue solo un período de gestión pública, sino un cálido abrazo a la esperanza.
Antes de dar sus primeros pasos en el mundo de la política, Cielo Redondo ejerció un liderazgo cívico que sentó las bases de su futura carrera. Fue maestra en los municipios de Dibulla, Maicao y Uribia donde dio sus primeros pasos en la construcción de la educación de niños, niñas y jóvenes del departamento de La Guajira, además se desempeñó como comerciante en la Capital Indígena de Colombia en el antiguo “Mercadito Guajiro”, en los años 90 dio sus primeros pasos como concejal, desempeñándose en dos periodos consecutivos, de 1992 a 1997. Esta experiencia en el ámbito municipal le permitieron comprender las necesidades y aspiraciones de su comunidad en profundidad, forjando una conexión indeleble con los corazones de los uribieros.
En 1998, Cielo dio un paso adelante y se convirtió en diputada, llevando la voz y los intereses de Uribia a un nivel regional. Su dedicación incansable y su habilidad para abogar por las causas de los más necesitados la destacaron como una figura influyente en la política regional.
En el año 2001, fue elegida alcaldesa de Uribia. Ejerció esa responsabilidad con visión audaz y compromiso inquebrantable por el bienestar de su gente a través de proyectos y políticas.
El legado de su primera alcaldía fue tan impactante que, en 2007, con el mismo entusiasmo y fervor popular, fue nuevamente elegida para ocupar el cargo. Bajo su liderazgo, los parques y plazas de la ciudad cobraron vida de una manera nueva y vibrante. cambió espacios grises en oasis de color y vitalidad, recordándonos a todos la importancia de encontrar la belleza en los detalles más simples.
Pero el legado de Cielo no se limitó a lo estético. Su pasión por la educación se reflejó en la revitalización de escuelas y programas que inspiraron a jóvenes a perseguir sus sueños con valentía. Supo que invertir en el conocimiento era invertir en el futuro. La justicia social también ocupó un lugar central en su mandato. Cielo luchó incansablemente por la equidad, alzando la voz por los más vulnerables y trabajando incansablemente para asegurarse de que nadie se quedara atrás. Cada medida que tomó, cada proyecto que impulsó, llevaba la huella de su compromiso por construir un mundo más justo y compasivo.
Escrito por Daniel Alonso Posada Martínez